En capítulos previos he dado una respuesta completa a esta pregunta, por lo tanto, sólo haré una breve síntesis de lo que dije anteriormente. La Sharia, la irrevocable ley de Dios, es intemporal. Las autoridades religiosas no tienen el derecho de llevar la iniciativa ni de seguir a otros. A este respecto, Dios le dice las siguientes palabras al Noble Profeta:

Si no te hubiéramos confirmado, casi te habrías arrimado algún poco hacia ellos [los paganos]. Entonces seguramente te habríamos hecho probar un doble castigo en esta vida y un doble castigo en la otra. Y no habrías encontrado a nadie quien te ayudara contra nosotros.”[1]

[1] (Corán; 17:74-75)

 

Fuente: EL ISLAM Y EL HOMBRE CONTEMPORANEO, (Conjunto de preguntas realizadas a Al-lamah Tabātabā’i); Editorial Elhame Shargh

www.islamoriente.com, Fundación Cultural Oriente




Las relaciones íntimas (el acto sexual o las situaciones que lleven a él) entre los dos sexos están prohibidas por fuera del matrimonio. La razón para esta prohibición no se debe a la violación de derechos que una de las partes pueda sufrir en este tipo de relaciones – éste es el argumento que utilizan los estados democráticos para limitarlas. De hecho, si esa fuera la razón, podría decirse que el consentimiento mutuo de la pareja, haría de estas relaciones algo legítimo. Las razones para prohibir estas relaciones se fundamentan en consideraciones que tienen que ver con el bienestar de la sociedad y en la importancia de poder identificar a los padres de los niños. Bajo esta perspectiva, todos los tipos de fornicación son ilegítimos. Por las mismas consideraciones sociales es que la ley islámica considera la homosexualidad un crimen.[1]

[1] Nótese que en su respuesta Al-lamah enfoca la pregunta desde un punto de vista estrictamente legal. Existen además, otras razones morales y espirituales por las que el Islam pone ciertas restricciones a las relaciones sexuales. [N. d. T]

 

Fuente: EL ISLAM Y EL HOMBRE CONTEMPORANEO, (Conjunto de preguntas realizadas a Al-lamah Tabātabā’i); Editorial Elhame Shargh

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El Islam estima la racionalidad como la característica que hace al hombre superior a los demás animales y además es la base del conocimiento. Es obvio que las sustancias embriagantes, entre las que se incluyen las bebidas alcohólicas, debilitan esta característica humana. Las bebidas alcohólicas son responsables, en gran parte, de una variedad de crímenes, transgresiones, y de la inmoralidad. Además, el alcohol ocasiona daños físicos y mentales, además de producir defectos hereditarios. Esto es lo que el Corán dice al respecto:

 ¡Oh, ustedes hombres de fe! De verdad que el vino, el juego, los ídolos y las flechas adivinatorias son abominaciones de Satán. Evítenlos y de esa forma, quizá, seréis felices. Porque Satán busca la enemistad entre ustedes, por medio del vino y el juego, e impedir que recordéis a Dios y hagáis la oración. ¿Os abstendréis pues?[1]

[1] (5:90-91)

 

Fuente: EL ISLAM Y EL HOMBRE CONTEMPORANEO, (Conjunto de preguntas realizadas a Al-lamah Tabātabā’i); Editorial Elhame Shargh

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