Para el Islam esta suposición es errónea cuando se trata de la reli­gión que Dios le ha revelado a Sus Mensajeros. En rigor no hay “re­ligiones”, sino una única religión que es el mensaje que el Dios Único ha estado revelando a los profetas a lo largo de la historia.

La diferencia entre las religiones en lo que hace a sus fundamen­tos no proviene de su génesis ni fue introducida por sus fundado­res, sino que ha sido producto de alguno de sus seguidores por ig­norancia o búsqueda del poder. Jesús dijo no vengo a cambiar un ápice la ley de Moisés y Muhammad no habló sino lo que Dios le reveló y como dice el Sagrado Corán es confirmante de los mensajes revelados anteriormente a Jesús, a Moisés, a Abraham, a Noé y a todos los Profetas y Mensajeros (la paz sea con ellos) a lo largo de la historia y a todos los pueblos.

Decid:  “creemos en Dios y en lo que nos ha revelado, en lo que se reveló a Abraham, Ismael, Isaac, Jacob y las tribus, en lo que Moisés, Jesús y los Profetas recibieron de Su Señor. No hacemos distinción entre ninguno de ellos y nos sometemos a Él”. (S. Corán: 2:136)

Las similitudes en los mensajes provienen de la única fuente que las revela, Dios Altísimo. Sería un error atribuir a las semejanzas del mensaje de Jesús con respecto a Moisés a una supuesta influencia en la persona de Jesús. Eso lo dicen las personas que no creen en la revelación del Altísimo. Pero las pruebas racionales que certifican la procedencia sobrenatural de los mensajes a Jesús y a Muhammad, como a los Profetas anteriores están más allá de toda duda.

Sheij Abdulkarim Paz




El Sagrado Corán se representa como la revelación que confirma las revelaciones anteriores, entre las cuales se encuentra la Torah (Pentateuco) y el Evangelio. Los confirma como revelaciones a Moi­sés y a Jesús (la paz sea con ellos), pero no implica que el Sagrado Corán acepte todo lo que la Torah y los Evangelios actuales dicen, ya que de acuerdo al Islam existen agregados y omisiones en rela­ción a los mensajes originales.

La Biblia es estudiada por muchos musulmanes pero en referen­cia al Sagrado Corán, la Sunna (tradición) del Profeta o sus dichos y enseñanzas.

Sheij Abdulkarim Paz




De acuerdo a las enseñanzas islámicas el arrepentimiento debe constar, para ser sincero y profundo, de una firme determinación de no volver a cometerlo. De reparar el daño hecho si el pecado realiza­do afectó a un tercero. De no ser posible pueden cumplirse acciones buenas en su nombre.

Lo importante es que el arrepentimiento es algo que brota de lo profundo del corazón del creyente y es algo entre Dios y él. No hay confesión ante otro hombre. Sólo Dios perdona, y a El debemos dirigirnos con sinceridad y verdadero arrepentimiento.

La persona que cometió pecados puede decidir por sí mismo rea­lizar ayunos, rezos y otras acciones como reparación. Algunos pe­cados tienen sanciones específicas como, por ejemplo, a quien rom­pa voluntariamente el ayuno obligatorio del mes de Ramadán sin mediar ninguna justificación, deberá en expiación ayunar sesenta días o alimentar a sesenta indigentes. También existen ayunos para quien falte a una promesa realizada u otras faltas.

El perdón se obtiene con el arrepentimiento en el corazón y la determinación de no volver a cometer el pecado. Desesperar de la Misericordia de Dios es peor que el pecado que se halla cometido. Una vez dijeron al Profeta Muhammad (BP) que una mujer no tenía el perdón de Dios porque había matado a su criatura y el Pro­feta dijo: "Si hubiese matado a setenta Profetas y luego se hubiese arrepen­tido sinceramente Dios la hubiese perdonado". La Misericordia de Dios es infinita, pero, sin embargo, muchos de los grandes pecadores no tienen la gracia de arrepentirse pues han endurecido su corazón más que las piedras.

 Sheij Abdulkarim Paz


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