Respuesta:

Los antecedentes del debate de beneficiarse únicamente del Corán y de eliminar las narraciones y la sunnah retroceden aproximadamente al inicio del Islam, puesto que en base a las fuentes de la Escuela Suní y Shî’ah, en los últimos días de la preciada vida del Profeta (BP) cuando este generoso solicitó cálamo, tinta y papel para escribir algo que fuese guía para la comunidad islámica y después de este generoso no se desviase, por desgracia el segundo califa ‘Umar Ibn Jatâb se opuso a este acto y dijo: “El Libro de Dios (el Corán) nos es suficiente (no necesitamos de la tradición del Profeta).”

Nadie puede imaginar que nos encontramos en un error al aplicar la tradición, ¿acaso todas nuestras obligaciones con todos sus detalles podemos encontrarlas en el Corán? ¿Acaso todos los mandatos tales como la oración, el ayuno, pago del azaque, la Peregrinación y otros fueron mencionados en el Corán?

Dios Sublime en el Corán dice: “Y lo que el Mensajero os détomadlo (y realizadlo) y absteneos de lo que os prohíba. Y sed temerosos de (oponerse a) Dios. En verdad, Dios es severo en el castigo”. (1)

Es claro y evidente que lo ordenado y prohibido por el Mensajero de Dios (BP) es esa misma tradición (sunnah) del Profeta (BP) que Dios nos ordena seguir a este honorable. Ahmad Ibn Hanbal que es uno de los líderes de las cuatro escuelas sunitas, en su obra Musnad transmite que el honorable Profeta (BP) dijo: “He dejado dos cosas valiosas entre ustedes, una de ellas es más grande y valiosa que la otra. El Libro de Dios que es una cuerda vinculadora entre el cielo y la tierra, y mi itrat y Ahl-Bayt (familia) y estas dos no se separarán hasta que se reúnan conmigo en la fuente de Kauzar”.

Puede observarse que en esta narración el Profeta (BP) colocó a la gente de su casa a la par del Corán, es decir tal y como los musulmanes tienen la obligación de deducir del Corán así también tienen la obligación, en situaciones necesarias, de deducir de las palabras de los Inmaculados Imames (BP) y estos dos juntos son perfectos y la deducción es incompleta faltando uno de ellos.


1 –Al-Ĥašr, [59:7].




El gran sabio Maÿlisî en su obra Bihâr Al-Anwâr transmite una narración en la que dice: “Un hombre pidió al Imam ‘Alî (P) que respondiera a esta pregunta: ¿Qué es obligación y cuál es lo más obligatorio? ¿Qué es asombroso y cuál es lo más asombroso? ¿Qué es una dificultad y cuál es lo más dificultoso? ¿Qué es lo cercano y cuál es lo más cercano? Aun no había terminado de realizar su pregunta y con la boca aun abierta el Imam ‘Alî (P) le respondió con estas estrofas:

Arrepentirse ante Dios es obligatorio, / y más obligatorio es dejar de pecar

Los cambios de la vida es algo asombroso, / y más asombros es la negligencia de la gente ante estos cambios

La paciencia en las dificultades y tragedias es difícil, / pero más difícil que esto es perder la recompensa de éstas

De cualquier cosa que tengan esperanza que su llegada está cercana, la muerte es la más cercana de entre todas estas. (1)


1 – Maýlisî Muhammad Bâqir, Bihâr Al-Anwâr, t.75, p.89, utilizando la traducción de “Los consejos de los Imames (P)”. 




Respuesta:

Una de las bendiciones de Dios, respecto a la recompensa de actos buenos y de fe en Dios, es el Paraíso y sus bendiciones. Para entrar en el Paraíso no existe diferencia entre la mujer y el hombre, y una de las recompensas de Dios en el Paraíso son los “hûr al-'aîn (huríes de grandes ojos) tal y como el Generoso Corán y las narraciones indican.

Según lo dicho por la mayoría de los exegetas en el Paraíso no existe el matrimonio bajo el mismo significado que conocemos. Y casarse con una hurí se ha interpretado bajo el significado de acercarse y regalar una hurí por parte de Dios a Sus siervos.

Así también deberá ponerse atención en que el vocablo hûr al-'aîn son utilizados tanto para el femenino como masculino, por consiguiente tienen un amplio significado que incluyen a todas las parejas del Paraíso: compañeras para los hombres creyentes, y compañeros para las mujeres creyentes. Es necesario agregar que para servir a la gente del Paraíso existen “gilmân” o sirvientes (bellos jóvenes del Paraíso) y no existe diferencia en su género. 
 


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