Respuesta
El tema referido al de hiyab ha devenido quizás en uno de los tópicos más polémicos para las hermanas creyentes que viven en América Latina, por el trasfondo de prejuicio que enarbolan estas sociedades que se conduce por patrones falsos y reduccionismos culturales que celebran el sentido de ser latinos por una libertad total del cuerpo, además de las campañas de los medios hacia el fenómeno islámico en sí.
En el Sagrado Corán se puede constatar cual debe ser el modo de interrelación entre mujeres y hombres dentro de una sociedad de creyentes, donde la forma de vestirse y el modo de dirigirse unos a otros conforman las bases de una ética religiosa favorables. Encontramos algunas aleyas muy importantes de señalar para comprender el uso del velo:
“Di a los creyentes que bajen la vista con recato y que sean castos. Es más correcto. Dios está bien informado de lo que hacen. Y di a las creyentes que bajen la vista con recato, que sean castas y no muestren más adornos que los que están a la vista, que cubran su escote con el velo y no exhiban sus adornos sino a sus esposos, sus padres, a sus suegros, a sus propios hijos, a sus hijastros, a sus hermanos, a sus sobrinos carnales, a sus mujeres, a sus esclavas, los hombres con deficiencia mental que carezcan de deseo sexual o los niños que aún no reconocen las partes privadas de las mujeres. Y que no golpeen con sus pies para dar a conocer sus encantos ocultos. Volveos todos arrepentidos hacia Dios ¡Oh creyentes! Para que, quizás así, tengáis éxito”. (Corán 24: 30-31).
“¡Oh profeta! Di a tus esposas y a tus hijas y a las mujeres de los creyentes que se cubran todo el cuerpo con sus túnicas. Eso es mejor para que sean reconocidas y no sean molestadas. Y Dios es perdonador, misericordiosísimo con los creyentes”. (Corán 33, 59).
El mandato de cubrirse con el velo tiene como objetivo mantener un orden respeto en la sociedad. El recato en su vestimenta permite un desarrollo más eficiente de la sociedad en general, y esto no es limitante para la mujer, el Islam en ningún momento sitúa el rol de la mujer a la sombra de la sociedad , todo lo contrario motiva a las misma a una participación activa y a la par del hombre en la búsqueda del conocimiento, la educación y el trabajo. El hiyab eleva la dignidad de la mujer, permite que la sociedad la aprecie en toda su complejidad, con sus virtudes y capacidades, le da a las mujeres la oportunidad de desenvolverse con libertad en sus diferentes roles dentro de una sociedad.
Si bien se utiliza una forma recatada de vestir, no se debe descuidar lo correspondiente a nuestra alma, nuestro comportamiento y nuestras acciones que hablan por sí mismas, dando testimonio de nuestra fe. El hiyab no es sinónimo de sumisión al hombre, su significado se dirige a la sumisión a Dios, siendo un signo de amor y respeto para la mujer mismas.
El filósofo Ayatollah Mutahhari lo planteó del siguiente modo: “La filosofía del velo se basa en algunos factores, algunos de ellos son psicológicos, otros, están en relación a la casa, a la familia y otros tienen raíces sociológicas y algunos están relacionados con la dignidad de la mujer. El velo, es un baluarte frente a la humillación”.
Dr. Abdulwali Amilcar
La intercesión –Shafâ'at–, es uno de los principios indiscutibles del Islam, aceptado por todos los grupos y escuelas islámicas, basándose para ello en las aleyas y las narraciones coránicas. Aunque en el resultado de la intercesión sostienen diferentes opiniones. Shafâ'at es la intercesión ante Dios de una persona suprema, que por su grandeza y total purificación posee una elevada dignidad desde la que pide por el perdón de los pecados de unos, o promoción de grado (en el Paraíso) para otros.
El Mensajero del Islam acerca de la intercesióndijo:
« اُعطِيتُ خَمساً... وَ اُعطِيتُ الشَّفاعَةَ فَادّخَرتُها لِاُمَّتِي»
"Cinco son las cosas que se me han permitido... y shafâ'at(interceder), esto último lo he conservado para mi Ummah."[1]
Límites de la Intercesión
El Corán rechaza la idea de que la intercesión sea absoluta y sin restricción; ésta es efectiva cuando:
Primero: El intercesor posea el permiso de Dios para abogar; únicamente están capacitados aquellos que espiritualmente se encuentran cerca de Él y cuentan con Su consentimiento. El Sagrado Corán señala:
لا يَمْلِكُونَ الشَّفاعَةَ إِلاَّ مَنِ اتَّخَذَ عِنْدَ الرَّحْمنِ عَهْداً
"No dispondrán de intercesor sino los que hayan concertado una alianza en el Compasivo". (Marîam 19:87)
En otra de sus aleyas expone:
يَوْمَئِذٍ لا تَنْفَعُ الشَّفاعَةُ إِلاَّ مَنْ أَذِنَ لَهُ الرَّحْمنُ وَ رَضِيَ لَهُ قَوْلاً
"En ese día que nada valdrá la intención de nadie salvo la de quien permita el Graciabilísimo y cuya palabra le sea grata". (Ta Ha 20:109)
Segundo: La persona por la cual se interviene, deberá obtener el mérito de la Gracia Divina por medio del intercesor; es decir, no debe romperse el lazo que relaciona su fe hacia Dios y la conexión de su alma con la de su intercesor. Pero el incrédulo que no mantiene ningún nexo con Dios o los musulmanes pecadores, por ejemplo, aquellos que se han alejado de la oración o aquellos que cometen asesinatos, que han perdido esa conexión con su intercesor, no deben esperar nada de éste.
El Libro Sagrado respecto a los que se abstienen de la oración y niegan el Día del Juicio dice:
فَما تَنْفَعُهُمْ شَفاعَةُ الشَّافِعِينَ
"Los intercesores no podrán hacer nada por ellos" (Al Muddazzir 74:48)
Respecto a los opresores dice:
ما لِلظَّالِمِينَ مِنْ حَمِيمٍ وَ لا شَفِيعٍ يُطاعُ
"...no tendrán los impíos ningún amigo ferviente ni intercesor que sea escuchado". (Ghâfir 40:18)
La Filosofíadel shafâ'at.
La intercesión, al igual que el arrepentimiento (taûbah), se asemeja a una lucecilla de esperanza para los contritos y pecadores, que se arrepienten en la mitad del camino de la perdición y deciden de ahí en adelante, para el resto de su vida, obedecer las órdenes de Dios; ya que el pecador cuando siente que se encuentra en una situación limitada (no en cualquier situación) en la cual el intercesor aun puede intervenir por él, procura mantenerse en ese punto para no sobrepasarse.
Conclusión:
Los sabios interpretan a la intercesión de dos maneras: una como "perdón de los pecados" y otra "promoción de grado". Entonces el hadîz del Profeta (BP) que dice que dice que su intercesión será para aquellos que hayan cometido un gran pecado aclara en la primera interpretación:
« إنَّ شَفاعَتِی يَومَ القيامَةِ لِأَهلِ الکَبائِر مِن اُمَّتی »
"El Día del Juicio intercederé por aquellos de mi Ummah que cayeron en grandes pecados".[2]
Por la impecabilidad de los Imâmes de la Shî'ah, que todos ellos pertenecen a la familia del Profeta Muhammad (BP), existen numerosos argumentos, pero nosotros nos limitamos aquí a mencionar únicamente uno de ellos.
Según los relatos de los sabios de Ahlî Shî'ah y Ahlî Sunnah, el Mensajero de Dios en sus últimos días de vida dijo:
«إنّی تارکٌ فيکم الثّقلين کتاب الله و أهل بيتی و أنَّهُما لن يفترقا حتّی يردا علیَّ الحوض»
"...dejo entre vosotros dos tesoros: el Libro de Al.lah–refiriéndose al Sagrado Corán–y mi Ahlul Baît –aludiendo a su descendencia y la gente de su casa–, éstos dos no se separarán hasta que vuelvan a mí en el Haûd..."[1]
En este hadîz existe un aspecto importante que queremos resaltar; es decir, sin duda aceptamos que el Sagrado Corán está exento de cualquier equivocación y falta, entonces, ¿cómo podemos imaginar que exista un error en la Revelación Divina, mientras que fue Dios, Alabado sea, a través del Ángel de la Revelación quien la envió y el Profeta (BP) quien la recibió?
La pureza de los tres es clara como el día y los musulmanes del mundo consideramos al Mensajero de Dios como propagador, custodiador y portavoz de la Revelación, inmune de cualquier error. Es evidente que si el Libro Sagrado posee tal magnitud de firmeza y veracidad, el Ahlul Baît del Profeta es también inmune a cualquier equivocación, ya que en este hadîz, la familia del Profeta (BP), considerada como guía y conductor de la Ummah, es juzgada a la par del Sagrado Corán y estimada simultáneamente, los dos, en el mismo plano de pureza.
Dicho en otras palabras, nadie, a parte de los Inmaculados (P), puede colocarse simétricamente a la par con el Libro de Dios. No podemos encontrar testigo más claro para demostrar la impecabilidad de los Imâmes, que estas palabras del Profeta (BP):
«لَن يَفتَرِقا حَتی يَرِدا عَلَیَّ الحَوض»
"Estos dos (la guía y el liderazgo)nunca se separarán hasta que vuelvan a mí en la fuente".
En caso de que el Ahlul Baît no estuviese exento de falta alguna y posiblemente en algún momento pudiese errar, entonces se separaría del Sagrado Corán, Libro que no acepta ni la mínima equivocación; mientras que el Mensajero de Dios negó rotundamente la separación de ambos.
Evidentemente, cuando el Profeta (BP) dice Ahlul Baît, no se refiere a todos sus parientes consanguíneos en general, que todos ellos no eran puros de imperfecciones. Sólo un grupo determinado de su descendencia gozaba de este privilegio, es decir, los Imâmes de Ahlul Baît, quienes a lo largo de sus vidas iluminaron el camino de la Ummah, protegiendo la tradición del Profeta (BP) y siendo custodios de las leyes religiosas, la Sharî`ah.
[1].Mustadrak, Al-Hâkim, tercera parte, p.148,As-Sawâ‘iq ul-Muhriqah, cap. 11, primera parte, p.149, y de igual forma en el Kanz ul ‘Ummâl, primera parte, cap. Al-I‘tisâm bil-Kitâb wa As-Sunnah, p.44.Musnad, Ahmad, quinta parte, p.182 y 189, y otros.