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¿Hay ceremonias especiales cuando muere un creyente?

¿Hay ceremonias especiales cuando muere un creyente?

Respuesta:

Si. Cuando muere un creyente los musulmanes están obligados a bañar su cuerpo, purificarlo, perfumarlo, amortajarlo, rezarle y darle sepultura. El Profeta ha hecho muchas recomendaciones para la ob­servancia del respeto debido al fallecido.

Hay que saber que la muerte en el Islam no es vista como algo intrínsecamente malo o traumático. El Sagrado Corán menciona a la muerte como un traspaso de este mundo a otro mucho más pleno y de mayores posibilidades para el desarrollo de las potencialidades del alma.

Dijo el Profeta: "El otro mundo es con relación a este como este mundo con relación al vientre de la madre", cuanto lloramos al nacer y cuanto lloramos al volver a cambiar de un estado a otro, más si tuviésemos confianza en Dios Misericordioso y hubiésemos vivido como a El le place, podríamos decir como Ali, la Paz sea con El, el yerno y primo del Profeta Muhammad, que "la muerte es para mi más dulce que la miel o másansiada que el pecho materno para el lactante".

Esto es comprobable para quien tiene experiencia de acompañar a los enfermos terminales o a la gente en el umbral de la muerte. Muchas de estas personas, sobretodo si han tenido una vida buena ven la muerte inminente como una verdadera liberación y ansían abandonar los estrechos límites del cuerpo enfermo o viejo.

Las ceremonias que tienen que ver con los funerales de las perso­nas creyentes son dignas de conocerse. Se podrá apreciar en ellas que entre la gente de fe y conocimiento, la despedida a los difuntos es muy emotiva, pero, al mismo tiempo, equilibrada y serena.

Hay un respeto hacia el cuerpo que acompañó a nuestra alma durante esta vida y debe ser enterrado sin mucha demora. El Islam no acepta la cremación de los cuerpos. Recuerdo que el Islam se halla en un punto intermedio entre el extremo espiritualismo de la India proclive a ver lo material como algo karmatico y negativo y el Occidente actual que hace de la materia y el cuerpo humano un verdadero objeto de culto.

Sheij Abdulkarim Paz