De acuerdo con la doctrina Chiita, el maestro de los mártires, el Imam al-Husayn, fue el tercer Imam y el sucesor del Profeta en la Autoridad Universal [al-wilayah al-kul-liyah]. Un artículo de la fe Chiita – el cual está respaldado por argumentos lógicos y doctrinales—dice que el Imam posee un conocimiento divino, el cual le ha sido revelado por Dios. Más adelante explicaré cómo afecta este conocimiento las acciones del Imam, en especial me referiré al Imam al-Husayn.
El Imam sabe todo lo que pasa en el mundo. Este conocimiento le ha sido dado por Dios como Su vicegerente. Este conocimiento trasciende el tiempo y lo perceptible: el Imam conoce lo supra perceptible así como lo perceptible, el pasado y el futuro así como el presente. Numerosos hadices en el corpus Chiita respaldan esta doctrina, así, desde un punto de vista doctrinal, esta doctrina es incuestionable.
Podemos decir que varios versículos coránicos afirman que el conocimiento de lo oculto es exclusivo de Dios. Pero el Corán también nos da la respuesta a esta objeción:
“[Dios] es el conocedor de lo oculto. No descubre a nadie lo que tiene oculto, salvo a aquél a quien acepta como enviado...”[1]
Este versículo muestra que los demás versículos a los que se hace alusión quieren decir que Dios tiene este conocimiento como parte de su esencia y sin que medie ningún otro agente, por lo tanto, el Profeta, los Imames y cualquiera que posea este conocimiento lo hace así por orden de Dios.[2]Dios le otorgó este conocimiento al profeta y de allí en adelante a sus legítimos sucesores, los Imames.
Varios hadices dicen que el Profeta confirió este conocimiento al Imam Ali, y el Imam Alí, a su vez, se lo pasó a sus sucesores. Pero esta verdad también es corroborada por un razonamiento lógico. El Imam, al ser la criatura más perfecta, es la máxima manifestación de todos los nombres y atributos Divinos. Esto significa que, al igual que Dios, el Imam posee un conocimiento que lo incluye todo. Por medio de su esencia primordial [al-wuyud al-'unsuri], él puede saber lo que desee. (Este complejo asunto doctrinal escapa al alcance de este libro. En otra parte yo he dado una completa explicación de él.)
Basándonos en lo dicho anteriormente, el conocimiento que tiene el Imam es perfecto; no hay error en él. La fuente de este conocimiento es la Tabla Segura[3], en la cual están registrados tanto la voluntad definitiva de Dios como el destino de todas las cosas. Así que, el Imam conoce todas las cosas tal y como Dios las concibe y por lo tanto no puede manipular los sucesos de ninguna manera utilizando este conocimiento. Por lo tanto, este conocimiento trasciende el dominio de la obligación religiosa.[4]
(La obligación es relevante sólo cuando se puede escoger entre ejecutar o no cierta acción. Cuando, sin embargo, uno sabe que cierto evento es inevitable, no hay nada que él pueda hacer para evitarlo: el evento sucederá tal como ha sido estipulado por la voluntad existencial de Dios.[5])[6]
El Imam conoce el decreto Divino, pero actúa como lo exijan sus obvios deberes —siempre y cuando ellos hayan sido determinados por factores obvios y externos— mientras que se complace en el fondo con lo que la voluntad de Dios le tiene reservado. Esto es evidente en las últimas palabras que dijo el Imam al-Husayn antes de ser asesinado; tirado en su propia sangre, él dijo: “Estoy satisfecho con lo que has decretado, soy obediente con lo que mandas. No hay nadie digno de alabanza sino Tú”.[7] También, en el sermón que dijo antes de salir de la Meca, declaró: “Nosotros, la Ahlul Bayt, nos sentimos complacidos con lo que complace a Dios.”[8]
El Imam al-Husayn actuó de acuerdo a lo exigido por las circunstancias, pero esto no significa que fuera ignorante de su destino.[9] Uno puede preguntarse: ¿Por qué el Imam al-Husayn envió a Muslim ibn Aqil a Kufa a sabiendas de que sería asesinado? ¿Por qué salió de Meca? Si de verdad sabía que su destino era la muerte no debería haber emprendido ese viaje. El Corán dice: “No se arrojen con sus propias manos a la destrucción.”[10] Pero la respuesta a todas estas preguntas es obvia una vez se ha entendido la explicación que se ha dado antes.
El Corán declara que el Profeta, y por extensión los Imames, deben vivir mayoritariamente como los demás. Ellos, como el resto de seres humanos, tienen libre albedrío y sus acciones se basan normalmente en el conocimiento que obtienen por los medios comunes. Por lo tanto, el Imam, como cualquier otro individuo, evalúa los riesgos y los beneficios de su proceder basándose en el conocimiento humano normal, y una vez ha hecho esta evaluación, actúa.
Si las circunstancias son las correctas, el Imam tendrá éxito, de lo contrario, fracasará aparentemente. Esto se debe a que el Imam está atado por la obligación religiosa. Y al ser un líder tanto política como espiritualmente de la nación islámica, siente la obligación moral de esforzarse por diseminar la verdad y defender la causa del Islam.
Antecedentes históricos del levantamiento del Imam al-Husayn
Uno de los periodos más oscuros y difíciles para la Ahlul Bayt y los Chiitas tuvo lugar durante el gobierno de Mu'auwiyah, el cual duró dos décadas. Luego de asegurar su gobierno absoluto sobre la totalidad del imperio islámico por medio de estratagemas engañosas, se concentró en la consolidación de su poder y en la destrucción del sitio de importancia que tenía la Ahlul Bayt entre los musulmanes. Su intención no sólo era destruir esta importancia. Él quería borrar su nombre completamente. Para lograr su propósito, Mu’auwiyah utilizaría cualquier medio, soborno, intimidación, tortura, etc. Con este fin persuadió a varios seguidores del Profeta (de varias maneras) para que crearan hadices en los que se elogiaba a estos seguidores pero se perjudicaba el estatus de la Ahlul Bayt. Por orden suya, el Comandante de los Creyentes era injuriado en todos los púlpitos, como si se tratara de un rito religioso. Los agentes de Mu’auwiyah —principalmente Ziyad ibn Abih, Samara ibn Yundab, Bushr ibn Artat— buscaban constantemente a los simpatizantes de la Ahlul Bayt y cuando eran identificados, con frecuencia se les asesinaba. Estas medidas inculcaron en los musulmanes aversión hacia Ali y la Ahlul Bayt y los creyentes fieles, que mantenían su amor por la Ahlul Bayt, se veían forzados a ocultar sus sentimientos. (La gravedad de la situación puede comprenderse si nos damos cuenta que en los diez años del Imamato de al-Husayn —el cual, quitando los últimos meses, coincidió con el gobierno de Mu’auwiyah— no se narró ningún hadiz de él.)[11]
Aún con esta atmósfera de represión, el Imam al-Husayn evitaba un conflicto frontal con Mu’auwiyah. Para entender el porqué del silencio del Imam al-Husayn durante el reinado de Mu’auwiyah, debemos considerar las siguientes razones. Primero, Mu’auwiyah había hecho que al-Husayn le prometiera que se abstendría de desafiar su gobierno. Con esta promesa de por medio, no hubiera tenido el apoyo del público para desafiar a Mu’auwiyah. Segundo, Mu’auwiyah se había asegurado una respetable reputación como seguidor del Profeta y confidente de los tres califas anteriores a Ali, tanto que se ganó el título honorífico de “¡Tío de los Creyentes!” [Jāl al-mu'minin].
Tercero, considerando el gran talento para el engaño que tenía Mu’auwiyah, es probable que si el Imam al-Husayn se hubiese declarado en franca oposición, Mu’auwiyah habría tramado un plan para asesinarlo por medio de sus agentes y luego fingir simpatía con la Ahlul Bayt matando a los asesinos.(Después de todo, fue Mu’auwiyah quien persuadió a la esposa del Imam al-Hasan para que lo envenenara). Por estas razones, el Imam al-Husayn se abstuvo de actuar durante el reinado de este.
El último golpe que Mu'auwiyah le propinó al Islam fue el haber transformado el gobierno de los califas en una monarquía hereditaria. Él nombró a su hijo Yazid como su sucesor al trono. A diferencia de su padre, Yazid no tenía ningún interés en fingir una apariencia piadosa. Yazid se entregó abiertamente a las parrandas: llevó músicos y bailarines a la corte, celebraba con vino e hizo del juego con los monos un deporte de la corte.[12]
Yazid sabía que si el Imam al-Husayn le juraba lealtad, sería el fin del protagonismo de Ahlul Bayt. Así que estaba decidido a conseguir su lealtad a cualquier precio. El Imam al-Husayn, por otra parte, sabía las intenciones de Yazid. Puesto que era el verdadero líder y guía de la comunidad de musulmanes, el Imam se resistió a jurar lealtad a Yazid, ya que esto hubiera sido un golpe fatal para el Islam. Pero esta resistencia le costaría la muerte, ya que Yazid quería una de las dos cosas. Él quería que al-Husayn accediera a ser su aliado, pero si se resistía, lo quería muerto y fuera del camino.
El Imam al-Husayn era consciente de que su oposición lo conduciría a su muerte. Pero los intereses del Islam requerían que desafiara la autoridad de Yazid, y así lo hizo. Él no tenía temores y estaba resuelto a cumplir con su misión.[13] Los eventos que siguieron, justificarían la decisión del Imam al-Husayn.
La forma salvaje y despiadada en la que fueron asesinados el Imam al-Husayn y sus amigos fue prueba de su inocencia y su justicia. Siguieron doce años de agitación política en los cuales hubo derramamiento de sangre y se sacudieron los cimientos del régimen opresivo. De esta manera fue que los musulmanes conocieron a Ahlul Bayt. Cuando hubo una calma relativa durante el Imamato de del Imam al-Bāqir y el Imam as-Sādiq, los musulmanes en general, y los chiitas en particular, se congregaron en Medina para saciar sus almas en la fuente de luz y verdad, Ahlul Bayt. Con su auto-sacrificio, el Imam al-Husayn alimentó los corazones de los fieles de todas las épocas con el amor de Ahlul Bayt, un amor que ha estado presente en un creciente número de corazones durante los últimos 14 siglos.
(De manera interesante, Mu’auwiyah había previsto este final. En su lecho de muerte, Mu’auwiyah le aconsejó a Yazid que se abstuviera de tomar alguna represalia en contra de al-Husayn si él no le prometía lealtad. Mu’auwiyah aconsejó Yazid, noo porque sintiera compasión con Ahlul Bayt; es más, él sabía que el asesinato de al-Husayn por parte de Yazid, lo convertiría en un mártir. Esto fortalecería el estatus de Ahlul Bayt y se debilitaría el gobierno de los Omeyas) por lo tanto, podemos concluir que el Imam al-Husayn comenzó su accionar sabiendo que esto lo convertiría en un mártir. Él sabía que era su deber rebelarse en contra de la tiranía y corrupción de Yazid, aun a expensas de su muerte. Su deber era despertar a los musulmanes, y para este fin, escogió el método más efectivo. Notemos, sin embargo, que durante todo su recorrido, el Imam al-Husayn actuó con sabiduría, no con precipitación. El actuaría de la forma requerida por las circunstancias, a esto se debió el que haya cambiado las tácticas en las varias etapas de su movimiento.
Cuando el gobernador de Medina le notificó que Yazid esperaba de él una promesa de alianza, se trasladó a Medina al abrigo de la oscuridad. Se refugió en Meca, santuario de Dios, y allí estuvo hasta la temporada de la peregrinación, cuando supo que Yazid había ordenado a sus espías que lo asesinaran durante la misma. En ese momento, las personas de Kufah le habían escrito miles de cartas donde le pedían que se trasladara hacia allá. Los Kufies le habían jurado fidelidad. Para comprobar la sinceridad de los Kufies, el Imam al-Husayn envió a su primo Muslim ibn Aqil a Kufa. Luego de analizar la situación en esta ciudad, Muslim le escribió a al-Husayn diciéndole que las personas de Kufa estaban listas para ayudarle y que debía viajar de inmediato. Con estas indicaciones el Imam al-Husayn se trasladó desde Meca a Kufa. (Una razón más que lo motivo a hacer este viaje era que al-Husayn quería preservar la santidad de la Casa de Dios, la cual nunca había sido manchada con derramamiento de sangre.)
Pero en el camino a Kufa, el Imam al-Husayn recibió la noticia de que su primo había sido asesinado. Debido a que los Kufies lo habían traicionado y por consiguiente, ya que no era posible establecer un gobierno justo, el Imam al-Husayn supo que la única manera que quedaba de restablecer los valores islámicos era derramando su sangre. Con esto en mente, al-Husayn les hizo ver a quienes le acompañaban, que si se quedaban con él serían asesinados. Entonces, el Imam se dirigió a su fin divino, donde él, sus compañeros y su familia apresada iban a ser asesinados.
[1] (Corán; 72:26-27)
[2] Es importante notar que esto se relaciona con todos los aspectos de la existencia, no sólo con el conocimiento de lo Oculto. Dios es el único Existente Auto suficiente y necesario. Por lo tanto, los demás seres dependen de Él para todo, y aún nuestra percepción sensorial depende de Él. [N. del T.]
[3] Es importante notar que esto se relaciona con todos los aspectos de la existencia, no sólo con el conocimiento de lo Oculto. Dios es el único Existente Auto suficiente y necesario. Por lo tanto, los demás seres dependen de Él para todo, y aún nuestra percepción sensorial depende de Él. [N. del T.]
[4] Los preceptos religiosos dirigen al ser humano en asuntos en los cuales él sea capaz de dar cumplimiento a lo que se requiere de él .Es ilógico que un precepto obligue al ser humano a realizar una que él no pueda cumplir. Ahora bien, al tener conocimiento de lo Oculto, el Imam sabe lo que va a suceder, por ejemplo, pero no puede hacer nada para cambiarlo, ya que es la voluntad de Dios. A esto es a lo que se refiere Al-lamah cuando dice que este conocimiento trasciende el dominio de la obligación religiosa. [N. del T.]
[5] Esto no implica el Determinismo. Decir que un evento ha sido decidido por Dios no significa rendirse al determinismo. La Voluntad de Dios es tal, que también incluye el libre albedrío de los seres humanos. Es decir, Dios sabe eternamente lo que todo individuo hará por su propia intención. Así, la voluntad humana también cuenta.
[6] La voluntad existencial contrasta con la voluntad legislativa de Dios. Esta última designa los preceptos dictados por Él; la primera designa su voluntad como creador y amo del mundo. Cuando Dios desea algo existencialmente, sucederá. Pero cuando Él desea algo legislativamente, significa que le ordenará al ser humano que obedezca voluntariamente; el ser humano puede obedecer o no. [N. del T.]
[7] Ma'ali al- Sibtayn, vol. 2, p. 21.
[8] Ibn Tawūs, Maqtal al-Husayn, p 38, Beirut: Mu'assisah al-A'lami li al- Matbu at, 1993.
[9] De hecho, en varias ocasiones, el Imam al-Husayn hizo alusión de que su final y el final de los que permanecieran fieles a él sería la inmolación. Ver Ibn Tawūs, Maqtal al- Husayn. [N. del T.]
[10] (Corán; 2:195)
[11] Hay hadices narrados de su parte por los Imames siguientes, pero no por los musulmanes fuera de los Ahlul Bayt. Este hecho histórico demuestra que tan aislado estuvo Ahlul Bayt. Creo que la razón para que Al-lamah afirme que esto es lo que hubiera podido suceder, se debe al hecho que Mu’auwiyah había seguido un plan similar en la muerte de Uzman, el tercer califa. Sintiendo que la tensión a su alrededor aumentaba, Uzman le pidió ayuda a Mu’auwiyah. Mientras se demoraba en responderle a Uzman, Mu’auwiyah envió un ejército a Medina, la sede del califato, pero le ordenó al general a cargo del mismo, que instalara un campamento en determinado punto y esperara futuras órdenes. A pesar de los desesperados ruegos de Uzman, Mu’auwiyah aplazó su ayuda hasta saber que Uzman había muerto. Luego de saber la noticia de la muerte de Uzman, le dijo a su ejército que regresara y prometió vengar la muerte de Uzman. [N. del T.]
[12] Desde luego, todo esto apunta a la falta de fe de Yazid en el Islam., la cual expresó descaradamente luego del incidente de Karbalá. A medida que los prisioneros de Karbalá y las cabezas de los mártires eran llevadas a la ciudad, se dice que Yazid escuchó el graznido de un cuervo. Como si el cuervo lo hubiera inspirado, dijo el siguiente verso: “El cuervo graznó, así que dije, ya sea que quieras decirlo o no, mis deudas con el Profeta han quedado saldadas”. Y horas después, cuando los prisioneros habían sido traídos a su corte, cantó lo siguiente: “Hashim sólo actuó con fuerza; por lo demás no hubo mensaje [ de lo oculto] y no hubo ninguna revelación”. [Hashim es el bisabuelo del Profeta y el clan de los Hachemitas de Quraish se llama así en su honor ] El clan de los Hachemitas de Quraish, al cual pertenecía el profeta, y el clan de los Omeyas al cual pertenecían Mu’auwiyah y Yazid, eran enemigos de hace mucho tiempo atrás. [N. del T.]
[13] Hay un hadiz que dice que el Imam al-Husayn vio al Profeta en un sueño. El Profeta le dijo: “ Dios quiere verte asesinado”. Otro hadiz dice que cuando algunos seguidores trataron de disuadir al Imam en su intento de desafiar a Yazid, el Imam les dijo: “Dios quiere verme asesinado”. Estos hadices deben interpretarse de acuerdo con lo dicho arriba concerniente al conocimiento del Imam de lo Oculto. De aquí que, “Dios quiere” en estos hadices no se refiere a la voluntad existencial de Dios sino a Su voluntad legislativa. Esto quiere decir que la razón por la cual el Maestro de los Mártires escogió el camino del martirio, fue que ese era su deber y él quería cumplir con su deber, no que él quería ser asesinado por que la muerte era inevitable.
Fuente: EL ISLAM Y EL HOMBRE CONTEMPORANEO, (Conjunto de preguntas realizadas a Al-lamah Tabātabā’i); Editorial Elhame Shargh
www.islamoriente.com, Fundación Cultural Oriente
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