Respuesta Breve
El ser humano puede adquirir conocimiento acerca de Dios a través de varios caminos. Este conocimiento puede surgir por medio del intelecto o del corazón. Algunas veces él – como en el caso de los sabios y filósofos –razona y entiende a través del conocimiento conceptual, en tanto que en ocasiones, como es el caso de los místicos, por medio de la intuición inmediata observa al Amado, presenciándolo directamente.
El conocimiento acerca de Dios es análogo al conocimiento del fuego. Una persona, algunas veces entiende la existencia del fuego viendo el humo desde lejos. Otras veces, puede entender su existencia viendo al mismo fuego. Y en ocasiones puede entender y sentir al fuego como parte de su cuerpo, cuando este le quema.
En cualquiera que sea el caso, de ambas formas, es decir, el conocimiento conceptual y el inmediato, algunas veces el camino, el viajero y el objetivo son uno y lo mismo sucede cuando uno concluye la existencia de Dios por medio de la reflexión en las Señales Divinas y en el orden existente que las permea. En otras situaciones, únicamente son idénticos el viajero y el camino, como cuando uno entiende a Dios (SWT) por medio de la comprensión del alma propia. El camino y el objetivo pueden ser el mismo, como cuando uno comprende a Dios (SWT) contemplando los Atributos y Nombres Divinos.
De estos tipos, el caso en el cual el camino y el objetivo son idénticos, en donde uno experimenta espiritualmente lo que ha entendido conceptualmente es de gran valor, puesto que el objetivo es ver y saborear.
En los versículos Coránicos y en todo el conjunto de narraciones, han sido articulados estos tres caminos. Se ha enfatizado en que nada es más evidente que la existencia y manifestación de Dios y por lo tanto, Él debe ser aprehendido por medio de Él mismo. Él es la Luz, la interpretación de lo que es autosuficiente. Si estamos imposibilitados de verlo es debido al velo de la negligencia que cubre nuestro conocimiento inmediato y conceptual-carecemos de conciencia de nuestro conocimiento.
Para alcanzar este conocimiento complejo (‘ilm-i murakkab) debemos retirar los velos de la oscuridad y los velos de luz de nuestras almas. Es por esta razón que se dice que Conocer a Dios es algo innato e inherente al ser humano y por lo tanto, los argumentos que se dan para demostrar la existencia de Dios, sirven solamente como recordatorios, no como pruebas. Sin embargo, debe notarse que el núcleo de la Esencia y Atributos Divinos no son comprensibles ni para el filósofo ni para el gnóstico. Por otra parte, otros aspectos de lo Divino son asequibles tanto para el intelecto del filósofo como para la experiencia espiritual del gnóstico.
RESPUESTA DETALLADA
Al responder a esta pregunta, primero se debe presentar el medio por el cual se entienden las cosas. Estos son los sentidos físicos, el intelecto y el corazón. Los sentidos externos simplemente tratan con las apariencias y los accidentes de la cosas sin ser capaces de sumergirse en lo más profundo, y a pesar de la variedad y abundancia del conocimiento que proveen al ser humano, son limitados por el tiempo y el espacio.
El intelecto es una facultad especial, el mayor rol que desempeña es la comprensión de los conceptos universales y en este sentido posee muchos aspectos, entre ellos el razonamiento. Pero los medios que se tienen para el entendimiento no se limitan a estos dos. El ser humano puede lograr altos niveles de conocimiento a través de otro camino y éste es el corazón. Por este camino, el ser humano puede presenciar espiritualmente la realidad de lo que otros comprenden únicamente de una manera teórica por medio del razonamiento. El esfuerzo de los místicos se concentra en percibir a Dios (Todopoderoso) de esa forma.[1]
Desde otra perspectiva, el conocimiento puede dividirse en dos categorías generales: El conocimiento conceptual y el presencial o inmediato. El conocimiento presencial es el conocimiento al cual se llega sin la mediación de conceptos e imágenes mentales, es decir, la realidad del objeto conocido está presente dentro del conocedor. El conocimiento presencial es un tipo de conocimiento intuitivo y gnóstico, en el cual se presencia la realidad externa [no el concepto mental]
Por supuesto, en la adquisición del conocimiento conceptual pueden ser utilizadas las premisas empíricas. Por ejemplo, reflexionar sobre las señales de Dios (Exaltado Sea) y el orden que hay en el cosmos, uno puede lograr un entendimiento acerca de Dios el cual se produce por un simple razonamiento. Pero en casos en los que uno desea alcanzar un mayor entendimiento, se necesitan puramente premisas racionales.
En cualquier caso, debe tenerse en cuenta que en primer lugar, acerca de Dios (s.w.t) no puede demostrarse ni refutarse Su existencia recurriendo a experimentos de laboratorio o procedimientos científicos, los principios empíricos para percibir la experiencia sensorial están lejos de penetrar lo supranatural. Entonces, el conocimiento sensorial por si solo no puede resolver el problema, debe utilizarse en las premisas el proceso racional. En segundo lugar, aunque en los textos Islámicos, se ha exhortado al estudio de las Señales de Dios (Afaqui)[2], como lo dice el Corán en las Surah al-Fussilat (41), versículo 53:
سَنُرِيهِمْ ءَايَاتِنَا فِي الأَفَاقِ وَفِي أَنفُسِهِمْ حَتَّى يَتَبَيَّنَ لَهُمْ أَنَّهُ الْحَقُّ أَوَلَمْ يَكْفِ بِرَبِّكَ أَنَّهُ عَلَى كُلِّ شَيْءٍ شَهِيدٌ
Pronto les mostraremos Nuestras señales en el horizonte y en ellos mismos, hasta que sea evidente para ellos que Él es la Verdad.
(41:53)
En una forma esto se considera un método racional, el cual implica razonamiento, no debe subestimarse el estudio de las criaturas, las señales de la creatividad y sabiduría Divina únicamente revelan que existe un ser omnisciente, omnipotente gobernando el universo, pero además, éste método no logra manifestar los atributos de ese ser, por ejemplo, si es autosuficiente o no.
En cuanto a la comprensión inmediata e intuitiva, puede concebirse de tres formas: Un conocimiento inmediato de la causa de un efecto, un conocimiento inmediato de su propia esencia, del ser inmaterial y por último un conocimiento inmediato del efecto que produce la causa. El entendimiento que tienen las criaturas acerca de Dios es del tercer tipo. Y la debilidad del ser humano para poder conocer a Dios (s.w.t) es proporcional a su debilidad ontológica. Es así como la Esencia Sagrada está próxima a todo, pero acercarse a Él depende de los grados y límites existenciales que poseen las criaturas.
El gran erudito Muhaqqiq Tusi hace una analogía apropiada con respecto a los grados del conocimiento que se pueden tener acerca de Dios (s.w.t). Él dice que el conocimiento que uno tiene de Dios (s.w.t) se asemeja al conocimiento que uno tiene del fuego, la forma más limitada en la que alguien puede describir al fuego, es alguien que solamente lo ha visto. Una forma más avanzada de entendimiento de lo que es el fuego, es cuando se observa el humo. El tercer nivel es sentir el calor y presenciar la luz que irradia. El nivel último es saber que el fuego quema hasta convertir en cenizas las cosas.
Vale la pena mencionar que cuando se habla del conocimiento acerca de Dios (s.w.t) podemos referirnos bien sea a demostrar Su existencia o contemplar Sus atributos. En ambos casos podemos recurrir al intelecto y utilizar el conocimiento conceptual para entender intelectualmente, o podemos transitar la ruta del corazón, para embarcarnos en el conocimiento intuitivo inmediato y poder percibir. Lo que primero mencionamos se denomina burhan y lo otro, Irfan. Sin duda alguna, el método que prevalece en la revelación mística (gnóstica) cuenta con aspectos muy valiosos de los cuales carece el razonamiento filosófico.
De cualquier forma, sin importar si atravesamos el camino del intelecto o el del corazón, existen tres caminos para llegar al conocimiento acerca de Dios (s.w.t) En otras palabras, el viaje gnóstico o intelectual del filósofo o del viajero espiritual respectivamente puede ubicarse en una de las tres categorías:
El viajero espiritual (salik), el camino o la ruta (maslak) y el objetivo (maslk’ilaih) son diferentes; es como cuando uno llega a la conclusión que Dios (s.w.t) existe, por medio de la observación y contemplación del orden y armonía del universo, comprendiendo que todas las cosas están necesitadas y por lo tanto debe existir algo que no necesita de nada, de la cual dependen las primeras, y éste ser es el Originador de todo. Algunos versículos del Corán exhortan al ser humano a tomar este método.
إِنَّ فِي خَلْقِ السَّماواتِ وَالأَرْضِ وَاخْتِلاَفِ اللَّيلِ وَالنَّهَارِ وَالْفُلْكِ الَّتِي تَجْرِي فِي الْبَحْرِ بِمَا يَنْفَعُ النَّاسَ وَمَآ أَنْزَلَ اللّهُ مِنَ السَّمآءِ مِن مَآءٍ فَاَحْيَا بِهِ الأَرْضَ بَعْدَ مَوْتِهَا وَبَثَّ فِيهَا مِن كُلِّ دَآبَّةٍ وَتَصْرِيفِ الرِّيَاحِ وَالسَّحَابِ الْمُسَخَّرِ بَيْنَ السَّمآءِ وَالأَرْضِ لاَيَاتٍ لِقَوْمٍ يَعْقِلُونَ
En la Creación de los cielos y de la Tierra y en la diferencia entre la noche y el día, en la nave que surca el mar con lo que se beneficia a la gente, en el agua que hizo descender Dios de los cielos con la cual vivifica la tierra tras haber estado muerta, diseminando por ella todo tipo de animales; en la variación de los vientos y en las nubes situadas entre el cielo y la Tierra, hay ciertamente, señales para la gente que razona.
(2:164)
El viajero y el camino son uno mismo, como cuando uno contempla al mundo dentro de uno mismo, formulándose preguntas tales como: ¿Por qué algunas tendencias e inclinaciones no están bajo mi control? ¿Por qué no puedo domar mi mente salvaje como para controlar los recuerdos que trae?
El Imam ‘Ali ibn Abi Talib (a.s.) hace alusión a este método en las siguientes palabras:
“Quien se conoce a si mismo en realidad ha conocido a su Señor”[3]
El camino y el objetivo son uno mismo. Es decir, el viajero (el filósofo o el viajero espiritual) por medio de la contemplación del destino final, descubre el objeto de su anhelo (maqsud). Esta es la forma más profunda de entendimiento, puesto que trasciende los niveles de la realidad exterior y va más allá de los viajes introspectivos, entonces, se percibe o entiende por medio de la contemplación del Testigo Absoluto y éste es Dios (s.w.t)
El Corán dice:
أَوَلَـمْ يَكْفِ بِرَبِّكَ أَنَّهُ عَلـى كُلِّ شَيءٍ شَهِيدٌ
¿No es suficiente que tu Señor sea evidenciado en todas las cosas?
(41:53)
Primero, Él es presenciado, comprehendido y luego (bajo Su Luz) todo lo demás, porque Él es la Luz de los Cielos y de la Tierra. La Esencia de la Unicidad (Dios) es la evidencia y prueba más clara de Él mismo y como tal, hace que sea innecesario un intermediario para comprenderlo.[4]
قَالَتْ رُسُلُهُمْ أَفِي اللٌّهِ شَكٌّ فَاطِرِ السَّمٌوَاتِ وَالأَرْضِ
Sus mensajeros dijeron: “¿Dudas de Dios, el Creador de los cielos y la Tierra?”
(14:10)
Es por eso que cuando se dirige a Su Mensajero (El Profeta Muhammad) dice:
لَقَدْ كُنْتَ فِي غَفْلَةٍ مِنْ هٌذَا فَكَشَفْنَا عَنْكَ غِطَاءَكَ فَبَصَرُكَ الْيَوْمَ حَدِيدٌ
Ciertamente, no prestabas atención a esto. Así pues, hemos apartado de ti tu velo y hoy tu visión es aguda.
(50:22)
El velo es removido del individuo, no de la realidad o de Dios (s.w.t)
En la famosa Suplica de ‘Arafah, el Imam al-Husein ibn ‘Ali (a.s.) maneja ése método. Dice:
“Oh Dios, ¿Acaso otros poseen una luz que Tu no tengas para que irradien esa luz sobre Ti? ¿Cuándo has estado ausente como para necesitar de una demostración? ¿Cuándo has estado distante como para que Tus efectos y criaturas nos movilicen hacia Ti?”[5]
Lo mismo se observa en este verso:
“Nunca Te has alejado como para que deba buscar Tu Presencia. Nunca has estado Oculto como para que yo deba hacer que Te manifiestes”.
Y de nuevo en palabras del Imam al-Husein (a.s.): “Ciego es el ojo que no Te percibe…eres Tu con Quien busco la Unión, y es Tu propia existencia que busco como prueba de Tu existencia”. En esta frase, se expresa que para el viajero espiritual, Dios (s.w.t) es más evidente que el cielo, la tierra, las hojas de los árboles, etc.
El Imam Ya´far as-Sadiq (a.s.) hace alusión a este punto en las siguientes frases: “Cuando alguien está presente y manifiesto, primero lo conocemos por sí mismo, luego lo conocemos por sus atributos. Pero cuando algo está ausente, el conocimiento de sus atributos precede al conocimiento de su esencia…Como en el caso del hermano de José, analizaron a Yusuf y entendieron que era él (el Profeta José hijo de Jacob). Le preguntaron, “¿En realidad eres José? No formularon su pregunta con rodeos de otra forma[6], queriendo con esto decir, que reflexionaron sobre las cualidades de la persona que tenían en frente y comprendieron que era Yusuf. No le preguntaron a nadie para identificarlo”.[7]
Entonces, su existencia total depende de la Esencia Necesaria y es imposible visualizar la relación [la criatura, como se dijo anteriormente, el ser contingente no es nada más que esa relación] sin el objeto al cual está relacionado (marbut ‘ilayh). Es decir, entender el efecto independiente de su causa es algo imposible. Por lo tanto, el entendimiento de todo, inclusive, los simples seres materiales, es concomitante con el entendimiento del Ser Necesario.
El conocimiento es de dos formas: Simple Y Compuesto, así como la ignorancia es de dos formas. El Conocimiento Simple es el conocimiento que uno tiene de un tema sin estar consciente de la existencia de ese conocimiento. El conocimiento Compuesto es cuando el conocimiento que se tiene se percibe y uno lo capta, entonces, es cuando se sabe que sabe. Creemos que en todos los seres humanos existe un conocimiento acerca de Dios (Todopoderoso); puede ser conceptual o presencial y el objeto de ese conocimiento puede ser cualquier cosa. Es cuando uno entiende o capta algo, ya sea por medio del conocimiento presencial o conceptual, entonces habrá comprendido a Dios junto a ese conocimiento.[8] El Corán dice:
Es Conocido para todo aquel que le ignora.
Inclusive, la persona que duda, percibe a Dios antes de percibirla, porque Dios es la causa de su duda, entonces, ésta no es nada más que una relación con Dios. Es cierto, algunos no son conscientes que conocen a Dios como tal y por lo tanto se distraen con respecto a esta percepción necesaria.
Entonces, cuando el Imam Ali ibn Abi Talib (a.s.) dijo: “No puedo ver algo sin antes ver en ello a Dios” o “No adoro a un Dios el cual no pueda ver “[9], era consciente de su conocimiento. Pudo captar la verdad de la aleya:
فَأَيْـنَمَا تَوَلُّو فَثَمَّ وَجْهُ اللٌّهِ
“…A donde sea que os dirijáis está el rostro de Dios” (2:2115)
No se puede contemplar el rostro sin mirar primero al que lo posee. Fue un místico perdido en la adoración a Dios, logrando presenciar en este mundo a ese Ser frente al cual todo lo demás está oculto, siendo Él, el Creador, El Manifiesto. Por eso dijo:
لَوْ کُشِفَ الْغِطَاءُ مَا ازْدَدْتُ يَقِيناً.
“Si se levantaran los velos, mi certeza no aumentaría más”.[10]
Se le llama Velo a todo aquello que es obstáculo para la visión o el entendimiento. Un Velo puede ser de oscuridad o de luz. Con respecto al velo de oscuridad, es decir el velo de la materialidad, existen tres elementos:
- El sujeto del cual se oculta el asunto en cuestión
- El Velo
- El objeto que está oculto
Pero con respecto al velo de luz hay solamente dos elementos:
Lo que ha sido ocultado y el sujeto del cual se oculta el asunto en cuestión. En el segundo caso, la oscuridad es el resultado de la intensidad del brillo de lo velado, o en palabras más concretas, como resultado de la debilidad de percepción por parte del sujeto. A manera de analogía, algunas veces somos incapaces de mirar al sol, debido a un obstáculo, tal como una pared o el polvo, o en otras circunstancias, debido al brillo intenso del sol, el cual es en realidad el resultado de la debilidad de la propia visión.
Un poeta dijo: “El velo que oculta Tu rostro es Tu Rostro siempre; Estas oculto del mundo porque Eres demasiado Evidente”.
ليْسَ بَينَهُ وَ بَينَ خَلْقِهِ حِجَابٌ غَيرَ خَلْقِهِ...
No hay obstáculos entre Dios y Sus criaturas, excepto Sus Criaturas.[11]
Si el ser humano triunfa en su esfuerzo por quitar los velos de la oscuridad, del egocentrismo y el deseo vano, solo así logrará eliminar los velos de luz.
Es por esto que en la Suplica Sha’banyyah, le pedimos a Al-lah desgarrar los velos de la luz.[12]
وَ أَنِرْ أَبْصَارَ قُلُوبِنَا بِضَيآءِ نَظَرِهَا إِلَيكَ حَتَّى تَخْرِقَ أَبْصَارُ الْقُلُوبِ حُجَبَ النُّورِ فَتَصِلَ إِلـى مَعْدِنِ الْعَظَمَةِ
A parte del Profeta y de Ahlul Bayt (a.s.) nadie es capaz de desgarrar todos los velos de la luz. Por su puesto, el Núcleo de la Esencia Divina así como de sus Atributos es inexpugnable inclusive para ellos.
وَيُحَذِّرُكُمُ اللٌّهُ نَفْسَـهُ
Dios os advierte que tengáis cuidado con Él
(3: 30)
Por lo mismo, son ellos mismos velos de luz para poder ver la Esencia Divina, porque un ser contingente no puede escapar a ser limitado, ellos también miran a Dios desde la perspectiva de sus propias existencias limitadas.
Por lo tanto, el conocimiento de todo ser que puede conocer es limitado dentro del marco de su existencia y hasta tal punto que lacera los velos. El Imam Ali (a.s.) dijo al respecto:
... لَمْ يَطَّلِعِ الْعُقُولَ عَلى تَحْدِيدِ صِفَتِهِ. وَلَمْ يَحْجُبْهَا عَنْ وَاجِبِ مَعْرِفَتِهِ...
“Los intelectos nunca podrán alcanzar al núcleo y el circulo de Sus Atributos. Sin embargo no existe un velo que obstaculice al ser humano para poder entender el nivel necesario del conocimiento de Dios.[13]
Es decir, por una parte, todos los seres existentes en el mundo de la contingencia son señales De Dios y como tal sirven de espejo para reflejar una imagen verdadera (lo Divino) pero al mismo tiempo, no se separan de lo Divino. Básicamente, no desempeñan otro papel más que reflejar la belleza de lo Divino, aunque “los niños” (haciendo referencia a personas inmaduras espiritual e intelectualmente) los perciban como entidades separadas.
Por otra parte, “Quienes están parados en los ápices de lo intelectual no lo pueden percibir y aquellos que se sumergen en las profundidades de la agudeza no Lo pueden alcanzar. Su Esencia ni se doblega ante el raciocinio del Sabio ni ante la experiencia espiritual del Gnóstico, por lo tanto ambos admiten su incapacidad. Esta incapacidad surge porque comparar lo contingente con lo que no lo es, es como comparar la finitud con lo infinito.
Por último, debe decirse que en el conjunto de narraciones Islámicas se hace alusión a un conocimiento innato de Al-lah. El Conocimiento innato es del tipo intuitivo y presencial, como se explicó anteriormente.
Existen dos tipos de cualidades innatas en el ser humano; las percepciones innatas (que posee todo ser humano antes de cualquier tipo de educación) y las inclinaciones innatas (las cuales son parte de la naturaleza de todo ser humano). Las primeras son conocidas como “El Conocimiento Innato de Al-lah” y las segundas como “La Adoración Innata a Dios”. Pero, como se dijo anteriormente, no se encuentran presentes a un nivel consciente en la mente humana como para generar un esfuerzo racional innecesario (para conocer a Dios). Sin embargo, puesto que el conocimiento de Dios es innato, los argumentos que se dan a favor de Dios sirven en realidad como mención y no como pruebas reales. En el proceso de demostrar algo, uno entiende que ha adquirido un conocimiento el cual antes carecía. Pero cuando se nos recuerda algo, es hacernos conscientes que uno había olvidado algo a lo largo del camino, aunque fuese inconscientemente. Es por eso que el Corán y en las narraciones, se menciona siempre la importancia de quitar los velos de la negligencia. Y todo aquello que lo saca a uno de ese estado de olvido es un recordatorio no una demostración o prueba.
Fuente: Fe y Razón; Preguntas de Teología Islámica, Por: Ayatolá Mahdi Hadavi Tehrani
Fundación Cultural Oriente
[1] Aunque es imposible lograr el entendimiento y la certeza basado en tradiciones y evidencia a la vez; pero en este caso es necesario haber demostrado previamente tanto el hecho de que las narraciones en cuestión fueron citadas correctamente a partir de los dotados de autoridad (evidencias), tales como los Imames Infalibles en la tradición Shi’a 12 Imamita y le hecho de que dichas narraciones poseen un valor cognitivo. Es solamente entonces cuando pueden utilizarse como criterios por medio de los cuales se logra juzgar los descubrimientos del intelecto o del corazón.
[2] Signos Macro cósmicos. Es decir, los indicios que están al exterior del cuerpo y mente del ser humano.
[3] Yawahir al-Saniyyah, pág. 116.
[4] أَوَلَـمْ يَكْفِ بِرَبِّكَ أَنَّهُ عَلـى كُلِّ شَيءٍ شَهِيدٌ (41:53)
[5] Bihar al-Anwar, vol. 95, pág. 226. Ver También Mafatih al-Yinan
[6] Se debe señalar que en el idioma Persa y en árabe cuando se le pregunta a una persona si es aquel que uno cree que es, se puede formular la pregunta de dos formas. Se puede decir, en el caso del árabe: a anta fulan (eres tu fualno?) o se puede decir a fulan anta (eres….usted?). El segundo caso no se usa en español o inglés, por lo tanto lo mencionado se circunscribe al idioma árabe. (Tr)
[7] Tuhaf al-‘Uqul, pág. 327
[8] Al-Tauhid por Shaykh Saduq, pàg. 143: Laa ydriku makhluqu shay-an il-la bil-lahi wa laa tudriku ma’rifatul-lahi il-la bil-lahi.
[9] Al-Kafi, vol. 1, pág.98 / مَا کُنْتُ أَعْـبُدُ رَبًّا لَمْ أَرَهُ.
[10] Sharh, Mi’ah Kalimah, pág. 52; Matlub Kul-lu Talib, pág. 3; ‘Uyun al-Hikam wa al-Mawa’izh, pág. 415
[11] Al-Tauhid por Shaykh Saduq, pàg. 170
[12] Mafatih al-Yinan
[13] Nahyul Balagha, Primer Sermón.
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El islam se fundamenta en tres pilares, uno de los cuales…
Es decir…