Respuesta:
Los desafíos del Islam son la purificación, la búsqueda del conocimiento, como medio para el perfeccionamiento de nuestra religiosidad. La organización y la unidad de los musulmanes en el mundo.
Por más enemistad que enfrenten los musulmanes de parte de algunas potencias, el principal desafío lo tiene el Islam dentro de sus propias filas y consiste en continuar estrechando su cohesión. Los países islámicos tienen que fortalecer su organización mundial. Estos cincuenta países deben poder participar en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y no permitir el antidemocrático derecho a veto de los más poderosos que tanto paraliza a esta organización para poder implementar un orden más justo y democrático en el mundo.
Por otra parte el Islam es un sistema de vida y esto significa que posee su propio proyecto de gobierno, de organización política, social, cultural, y económica. Los movimientos islámicos deben ganar su libertad e independencia y las cúpulas militares y las castas más occidentales deben aprender a respetar la voluntad popular en lugar de reprimida para salvaguardar sus mezquinos e ilegales intereses.
Las monarquías que gobiernan en algunos países islámicos deben dar lugar a sistemas más libres y democráticos de verdadera participación popular. Las potencias occidentales si fueran sinceras en su pretendida defensa de la democracia y los derechos humanos, deberían facilitar estas transformaciones para bien de los pueblos y de la humanidad y no conspirar para frenarlas como desgraciadamente lo hacen.
De todas maneras los musulmanes ya han despertado de un largo letargo. Como musulmán occidental quiero dejar en claro que este despertar del mundo islámico es el preludio de una gran esperanza espiritual y moral para contrarrestar la dimensión más decadente de nuestra cultura moderna. Un diálogo entre iguales redundará en el beneficio para todos.
Sheij Abdulkarim Paz
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