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¿Dónde el Islam ofrece una evidencia concreta de la existencia de un ser supremo en el sagrado Corán o en las citas del Profeta?

¿Dónde el Islam ofrece una evidencia concreta de la existencia de un ser supremo en el sagrado Corán o en las citas del Profeta?

Respuesta:

El Islam ordena a sus seguidores la creencia en Dios, el creador del universo, pero el Islam no dice a sus seguidores que basen sus creencias en un libro religioso o en una autoridad, ni siquiera en las palabras del sagrado Corán o las del santo Profeta.

Nuestra creencia en un libro sagrado tal como el Corán, o en un santo Profeta, tal como Muhammad (la Paz y la Bendición sea con él y su descendencia), debe estar precedida por nuestra creencia en Dios. Un libro religioso es santo porque es presentado por un hombre quien consideramos Profeta, la profecía es concebible solo si hay Dios, porque un Profeta es un Mensajero de Dios. Por esta razón nuestra creencia en Dios, debe estar primero que la creencia en un libro o en un profeta y, no viceversa.

Ningún libro religioso es aceptado por todas las personas y ningún profeta es universalmente reconocido, por esto será fútil contar con una declaración de un Profeta o de un libro sagrado cuando confrontamos con un ateo, quien niega todas las revelaciones y todo el concepto de Dios.

Cuando nuestra creencia en Dios precede cualquier otro precepto religioso, la evidencia la cual produce aquella creencia debe ser universal y entendible para todo ser racional, entregado o no, a alguna religión en particular.

El Sagrado Corán ofrece el mismo universo como evidencia de la existencia de un creador. El mundo material, los cuerpos celestiales, la tierra y los otros planetas son vistos por el Islam como la principal evidencia del creador de la materia y la energía. El mundo material es observable para los ateos como para los creyentes, para los iletrados como para los filósofos. Uno puede reflexionar sobre la formación de los cuerpos celestes, la existencia de la energía y la materia sin entregarse a una religión en particular o reconocer un libro religioso.

Es muy difícil aceptar la idea que la materia es infinitamente antigua. Cuando uno dice que la materia o energía son infinitamente antiguas, se asume que la materia de la cual fueron construidas los billones de estrellas que existen, también lo es. Cuando sabemos que cada estrella contiene billones de toneladas de materia, y que el balance de la materia prima es mucho más que el material del cual está contenido en las estrellas y los planetas, nos damos cuenta de la improbabilidad de esa idea. De ahí que, no podemos concebir que toda esta cantidad de material apareciera de un momento a otro y que fuera precedido por la no existencia.

Decir que solo un parte de la materia es infinitamente antigua, y que la otra parte llego a existir después, es admitir la necesidad de un creador, porque la materia inanimada no se reproduce. Solo los seres vivos son capaces de multiplicarse mediante la reproducción. Aceptar el crecimiento gradual en la cantidad de materia es admitir la necesidad de un creador.

Si, hay algo que todos sabemos y, que nació después de la existencia de la tierra, la vida. Nuestros científicos citan que la tierra era tan caliente (algunos dicen que era tan fría) como para que cualquier forma de vida pudiera existir en ella. Le tomó billones de años a la tierra llegar a ser un lugar habitable. La vida, por eso es indudablemente, un recién nacido.

Sin embargo, la ciencia nos dice que la vida no se originó de algo no viviente, el experimento de Pasteur (sopa de Pasteur) el cual se llevó a cabo en el siglo XIX, aún permanece, a través de la demostración de que la vida no se puede originar de materia inanimada, tanto así, que los científicos de hoy no han podido negar tal conclusión.

La tierra, junto con la atmosfera, en el tiempo de su formación era estéril e improductiva. La transformación de la materia inanimada, como el carbono, hidrogeno, nitrógeno, calcio y hierro en materia viviente no era posible, por esto se hizo a través de un proceso natural. ¡Eso debió haber sido milagroso! Y significaba que la existencia en este planeta era una evidencia de un diseñador inteligente y sobrenatural.

Si, el sagrado Corán cita la transformación de elementos inertes en la tierra, a seres vivos como signo de su existencia:

“Tienen un signo en la tierra muerta, que hemos hecho revivir y de la que hemos sacado el grano que les alimenta. Hemos plantado en ella palmerales y viñedos, hemos hecho brotar de ella manantiales”. Corán 36: 33-34.

(Fuente: Preguntas acerca del Islam, autor: Sheij Muhammad Yawad Chirri)