En la vida de un musulmán lo más importante es la oración diaria, que es obligatoria en cinco momentos del día. La oración es el pilar de la religiosidad de una persona. Quiere decir que una persona que no reza a Dios no puede edificar una religiosidad, un vínculo pleno y consistente con Dios. Es la práctica por excelencia que nos vincula a Dios. “En El Nombre de Dios, El Compasivo, El Misericordioso ¡Bienaventurados los creyentes! Que hacen la oración con humildad, Que evitan las palabras vanas. Que dan caridad (zakat)”. (S. Corán: 23:1-4)
La prosternación en la oración musulmana es la forma más hermosa de rendir culto al Creador y Benefactor. En la prosternación
reconocemos nuestra absoluta dependencia ante El, nuestra absoluta necesidad de Él y Su absoluto señorío. ¡Hombres! Vosotros sois totalmente necesitados de Dios, mientras que El es el Autosuficiente. Se basta a Sí mismo, es el Digno de alabanza. (S. Corán: 35:15)
“La oración es la luz de mis ojos (es mi felicidad)” dijo el Profeta (B.P.D.).
“No es de los nuestros el que descuida su oración” dijo el Imam -líder- Ya’far As-Sadiq (P), el sexto de los Imames o sucesores de la casa profética.
Otra práctica fundamental es la del zakat -caridad-. A través de ella nos vinculamos al resto de las criaturas, los hombres, los animales, las plantas, los recursos del planeta. Relacionarse con los demás dando lo mejor de sí, lo mejor de aquello que hemos recibido por parte de Dios, sea dinero, conocimiento, fuerza, tiempo y ocupación, cuidados, enseñanzas, vida, cuerpo, etc.
Dan de lo que uno tiene, de lo que Dios nos dio, sea lo que sea, es un distintivo del verdadero creyente según lo señala el Sagrado Corán. El Islam ha estipulado un impuesto determinado sobrealgunos bienes para ser redistribuidos en la sociedad pana ayuda social y obras necesarias pana la sociedad. Este impuesto se denomina zakat. Esta palabra en idioma árabe significa purificación, Dios nos enseña que dando nos purificamos y tiene más mérito dan de lo mejor que uno tiene y no lo peor. No alcanzaréis la piedad hasta que deis aquello que amáis. Y Dios conoce bien cualquier cosa que gastáis. (S. Corán: 3:92). Una de las formas del zakat es el impuesto que el musulmán está obligado (si dispone de los medios), a dar al finalizar su mes de ayuno en el mes de Ramadán. Otras formas tienen que ver con el pago de un porcentaje sobre algunos bienes acumulados como el oro, la plata, el ganado, las cosechas. El gobierno islámico justo es el encargado de recaudar el zakat y redistribuirlo preferentemente entre los pobres o en obras necesarias pana la comunidad.
Si las sociedades fueran gobernadas por los profetas y la gente fuese sumisa a su autoridad evidente y divina, estarían garantizadas las demandas de los pobres y no existirían las carencias que hoy padecen bajo un sistema supuestamente muy moderno y pretendidamente humanitario, másde dos tercios de la humanidad. Si las potencialidades humanas fuesen bien empleadas y se evitasen los vanos derroches de energíaen fantasía y en producción de armas y sistemas de seguridad y represión, la humanidad gozaría de un bienestar extendido a todas las criaturas.
El ayuno es otra de las prácticas obligatorias. Se observa una vez al año, en el mes de Ramadán, el noveno mes del calendario lunar islámico. Es también una práctica que he recuerda al hombre lasmercedes divinas del alimento, la bebida, el placer sexual y con la cual fortalece su voluntad. Purifica su cuerpo y su alma y la prepara para recibir las bendiciones que deparará el mes sagrado de Ramadán, el mes en el que de acuerdo a la tradición islámica han descendido todas las grandes revelaciones como la Torah, los Salmos, el Evangelio y el Corán. Más desapegado de las cosas terrenales, el musulmán se prepara como un asceta consagrado a sintonizar su alma con las bendiciones sutiles y superiores del espíritu. También es meritorio, como hacia el Profeta, ayunan durante el resto del año en determinados días.
Otra práctica es la peregrinación (Hayy) a la Casa de Dios, en La Meca (Mákka), en Arabia, que es obligatoria una vez en la vida, siempre que haya salud y medios económicos. En ella el musulmán responde a la invitación de Dios Altísimo y deja todo lo suyo pana visitan la primera Casa construida en la tierra por el Padre Adán (P) que es la Kaaba (en árabe, cubo) que se encuentra en el centro del santuario, situado en esa ciudad. En estos rituales el peregrino rememora las prácticas enseñadas al Profeta Abraham (P). El Hayy es un compendio de todas las grandes enseñanzas del Islam y un ejercicio individual, social y político.
El Hayy es a su vez la más extraordinaria congregación que tiene lugar en el mundo de forma ininterrumpida desde hace milenios. Sitio de peregrinaje de todos los grandes profetas y de millones de creyentes todos los años. No existe otra congregación humana semejante o comparable. De todas partes del mundo, creyentes en Dios de todas las razas y rincones de la tierra acuden a un lugar en medio del desierto y durante algunos días acampan en un enorme valle donde de acuerdo a la tradición se reencontraron Adán y Eva (P), luego de la expulsión del paraíso y donde fueron perdonados por el Misericordiosísimo. ¡Llama a los hombres a la peregrinación para que vengan a ti a pie o en monturas, venido de todo valle ancho y profundo, para atestiguar los beneficios recibidos y para invocar el nombre de Dios en días determinados sobre las reses de que El les ha proveído!: ¡comed de ellas y alimentad a! mendigo, al pobre!. (S. Corán: 22:27-28)
El Yihad o el máximo esfuerzo interior, por la perfección y desarrollo positivo de la personalidad, la lucha contra el ego y sus tendencias más bajas y reprobables y en defensa contra la agresión de los opresores. El Sagrado Corán prohíbe expresamente la agresión. La idea que el Islam promueve una guerra santa para propagar su fe contra los infieles es absolutamente falsa. El Sagrado Corán prohíbe la imposición en materia de religión. “No cabe coacción en religión. La buena dirección se distingue claramente del descarrío...” (Capitulo 2, versículo 256). “Y llamad al camino de tu Señor con sabiduría y bella exhortación. No discutáis sino de la mejor manera.” (S. Corán 16:125).
El Islam prescribe el ser bondadoso, útil y beneficioso para los hombres. Dijo el Profeta “El mejor de vosotros es el más beneficioso para los hombres”. El Islam obliga también a encomendar el bien y prohibir el mal. El musulmán no puede desentenderse de la sociedad, sus problemas y necesidades. Es responsable del bien común y de intentar evitar lo perjudicial para la sociedad. El Profeta comparó la situación del musulmán en medio de la sociedad como la de aquel que navega en un bote y veque alguien comienza a agujerear su base. No puede mantenerse indiferente porque si deja que se extienda el mal acabará por destruir su propia existencia.
Otras prácticas esenciales son la de la amistad y compañía de los amigos de Dios, los Profetas, los Imames de la Casa Profética, los sabios, los creyentes y piadosos y la enemistad con los enemigos de Dios, de los Profetas y de los hombres.
En definitiva un creyente musulmán, como seguidor de los Profetas, debe hacer el bien en el seno de su propia alma y cuerpo, el de su familia, el del vecindario, en la sociedad y en el mundo. Las prácticas mencionadas son una guía para vivir en esta senda.
Sheij Abdulkarim Paz
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